LOLA GALÁN
El País, 08/01/2017
El año 2016 se cerró con un repunte del terrorismo yihadista. Los atentados de Berlín y Estambul ensangrentaron las Navidades proporcionando un triste material informativo a los medios de comunicación. Concretamente, al atentado del 19 de diciembre, en Berlín, este periódico le dedicó en la edición Nacional tres portadas, un editorial y 11 páginas, como detalla en una larga carta Francisco J. González Vázquez, lector de Sevilla, que ve en ese despliegue una prueba de que, como el resto de la prensa, “sobredimensionamos” la amenaza yihadista.
El señor González, profesor de universidad jubilado, se vale de diversas fuentes (desde la agencia Efe al Global Terrorism Database) para elaborar su tesis de que la cifra relativamente modesta de muertes achacables al terrorismo yihadista no justifica la alarma que provoca.
“En el intervalo entre el 7 de enero de 2015 (atentado Charlie Hebdo) y 19 de diciembre de 2016 (atentado camión en Berlín) transcurrieron 713 días (es decir, dos años) y en este período hubo en la UE un total de 280 víctimas mortales de atentados yihadistas. Es decir, 140 víctimas por año”, expone. Lo que supone, “0,28 muertes por millón de habitantes y año”, dado que la UE tiene 508.401.408 habitantes. El lector compara también las víctimas de atentados en la Unión Europea con la cifra anual de homicidios intencionados en la misma zona —que en los últimos cuatro años, nos cuenta, fue de 5.648 muertos anuales—, y concluye: “Las 140 muertes anuales del yihadismo significan el 2,48% de los homicidios intencionados (…) Estamos asistiendo a un clima alarmista que no se sabe a quién beneficia. A la calidad de nuestra democracia, seguro que no”.
José Manuel Calvo, director adjunto y responsable de coordinación editorial, explica: “La información sobre el terrorismo ha dado lugar a debates profesionales desde hace mucho tiempo. ¿Cuánto es mucho, cuánto es poco, cuánto es demasiado? Creo que cada medio debe decidir el justo término. Entre ignorar o minimizar una noticia de repercusión e impacto y exagerarla hay mucho espacio. Más en concreto, si la cifra que da el lector es correcta —el 2,48% de los homicidios intencionados en la UE se deben al yihadismo— no me parece que se sobredimensione la información relacionada con este terrorismo. Creo que es un porcentaje estimable”.
“En todo caso”, concluye, “en el periódico no hay una obsesión con este tema. Lo que ocurre es que cuando hay atentados que conmocionan a ciudades enteras —Madrid, Londres, París, Niza, Berlín—, cuando la forma de vida de sus habitantes se ve condicionada por ello, cuando hay tantos elementos de interés humano, geopolítico, de seguridad… no veo fácil cómo se puede minimizar la información y el análisis. No es que haya un clima alarmista, es que hay alarmas, y tenemos que asumirlas en todas sus dimensiones”.
Efectivamente, la relevancia informativa de los atentados terroristas no se puede medir únicamente por el número de víctimas que causan, aunque es innegable que los medios contribuimos en buena medida a ampliar su repercusión por imperativo informativo.
También ha provocado alguna queja la noticia publicada el 29 de diciembre, que recogía un extracto de la carta que el recluso Iñaki Bilbao, expulsado de ETA, dirigió a militantes de esa organización terrorista. A Víctor Luaña Cabal, profesor de la Universidad de Oviedo, le parece que el texto linda con la “apología del terrorismo”.
José María Irujo, uno de los dos firmantes de la exclusiva, y jefe del equipo de Investigación, explica: “He dedicado 11 años a escribir sobre ETA durante los llamados años de plomo, por lo que entiendo que algunos lectores critiquen la difusión de sus mensajes. Conscientes de ese riesgo decidimos reproducir algunas frases de la carta de Iñaki Bilbao porque consideramos que el lector debe conocer no solo que pide la vuelta a las armas, sino también cuáles son sus argumentos para reclamarla. En este caso, se trataba de frases de personajes históricos como Che Guevara, Lenin o Karl Marx, que el recluso hace suyas en su proclama. La misiva tiene seis folios y reprodujimos una breve cita de algunos, precisamente para evitar dar demasiada voz al terrorista”.