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Análisis de «Y ahora en el metro de Londres…»

ARTÍCULO:

Y ahora en el metro de Londres…

«¿Se puede vivir entre musulmanes? Quizá se pueda, pero no se debe. Desde la interpretación más rigorista, Alá no es sólo el Dios de los musulmanes, sino el de toda la humanidad. El islam es ecuménico. Aunque el Corán tolere las religiones del Libro (cristianismo y judaísmo) el fin último de la religión de Alá es convertirnos a los descarriados» ()

Juan Eslava Galán, ABC, 18 de septiembre de 2017.

 

ANÁLISIS:

1. El titular no corresponde al contenido. Ni una sola mención de las 29 personas que resultaron heridas en el ataque terrorista que tuvo lugar unos días antes en un metro y en Londres.

2. Se pasa directamente a la crítica exacerbada y orientalista hacia “el islam”, en singular, como si se tratase de una sola realidad. El uso de la generalización y del dramatismo se prolonga a lo largo de todo el artículo.

3. No parece reconocer a los musulmanes españoles o europeos, dando la impresión de que todos acaban de llegar de algún lugar. Pregunta y afirma: “«¿Se puede vivir entre musulmanes? Quizá se pueda, pero no se debe.

Hitos cronológocos del islam en España s XIX-1989 (Fuente: Observatorio del Pluralismo Religioso en España)

4. Se contradice en una misma frase: “Aunque el Corán tolere las religiones del Libro (cristianismo y judaísmo) el fin último de la religión de Alá es convertirnos a los descarriados.”

5. Uso de terminología incorrecta y sensacionalista que presenta muchos de los estereotipos negativos, prejuicios e incluso bulos sobre los musulmanes sin aportar una sola fuente que no sean las opiniones personales de otros individuos con la misma opinión: “Esta negativa opinión es compartida, por desgracia, por muchos europeos, incluso partidos políticos aún minoritarios, menos mal, que acusan a los emigrantes musulmanes de vivir al margen de la sociedad que los acoge sin intentar integrarse.” Nótese que el autor utiliza la palabra “emigrante” en vez de inmigrante o ciudadano.

6. Aboga por la teoría de “choque de religiones” al alarmar: “A los musulmanes piadosos les repugna el politeísmo o «asociación» (chirk) de Alá con otro Dios. Esto explica el hecho de que en algunos países donde los musulmanes son mayoría algunos exaltados se hayan propuesto exterminar a los cristianos creyentes.” Se presenta el asesinato como un asunto religioso y a los “musulmanes piadosos” como fanáticos, intransigentes y peligrosos.

7. Atribuye «al islam» unos objetivos y una terminología que no se encuentran en los textos sagrados: “El islam aspira a propagar su credo hasta que sea universalmente aceptado. En este sentido el creyente divide el mundo en islámico, o dar al-Islam, «la casa del Islam», y no islámico o dar al-harb, «la casa en guerra», así denominado porque pertenece, por derecho, al islam y debe ser conquistado por conversión o por fuerza cuando las circunstancias sean propicias.

El origen de «dar al-islam» y «dar al-harb«, así como su no vinculación al ámbito de la fe islámica, se encuentra en Wikipedia: «La idea de divisiones geográficas a lo largo de líneas religiosas (por ejemplo dur) no se menciona ni en el Corán, ni en los dichos del Profeta (denominados hadices), que son considerados las fuentes primarias de la jurisprudencia islámica.«

8. Desde el inicio se nos presenta a “un dios de los musulmanes” en forma de «Alá«, de manera tendenciosa se induce a la separación entre creyentes dentro del imaginario colectivo. «Alá» significa Dios para los araboparlantes, sean de la religión que sean. Ver traducción en el diccionario:

9. El autor hace uso innecesario e inadecuado de vocabulario propio de la doctrina islámica que confiere a los textos un aura de conocimiento especializado. Más reflexiones sobre este tema en el artículo de Luz Gómez “La islamofobia de los números y las letras”.

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