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Por qué la gente trolea, según la ciencia

Por Justin Cheng, Cristian Danescu-Niculescu-Mizil y Michael Bernstein, en Businees Insider, el 2 de marzo de 2017. Traducción de Borja Castellano García.

«Fracasado. Ve a inmolarte»

Comentarios como este, encontrado en un artículo de la CNN sobre cómo las mujeres se perciben a sí mismas, son comunes hoy en día por toda la red de Internet, tanto si se trata de Facebook, Reddit o en páginas de noticias. Este tipo de comportamientos van desde las palabras malsonantes y los insultos a los ataques personales, el acoso sexual o el discurso del odio.

Según una encuesta reciente elaborada por Pew en Internet, cuatro de cada diez personas han sido acosadas online y un número muy superior  ha sido testigo de esos comportamientos. El troleo está tan fuera de control que un gran número de sitios web han recurrido incluso a la eliminación total de (la sección de) comentarios.

Muchos creen que el troleo lo lleva a cabo un grupo reducido y minoritario de individuos sociópatas. Esta creencia se ha reforzado no sólo en los medios, sino también en previos estudios sobre el troleo en los que se entrevistó a estos individuos. Algunos estudios reflejan incluso que los troles poseen factores biológicos y personales que les predisponen a serlo, como el sadismo y una propensión a buscar una estimulación excesiva.

Pero ¿y si todos los troles no nacen troles? ¿Y si son gente normal como tú y como yo? En nuestra investigación hemos visto que se puede inducir a la gente a trolear en las comunidades virtuales si se dan las circunstancias adecuadas. Mediante el análisis de 16 millones de comentarios realizados en CNN.com y la realización de un experimento controlado online hemos identificados dos factores clave que llevan a la gente normal a trolear.

¿Cómo se genera un trol?

Reclutamos a 667 participantes a través de una plataforma de crowdsourcing y les pedimos que respondieran a unas preguntas, y que después leyeran un artículo y participaran en un hilo de debate. Todos los participantes leyeron el mismo artículo, pero a algunos se les metió en un hilo de debate que había empezado con comentarios de troles, y en el que los otros participantes verían comentarios neutrales en su lugar de esos comentarios. El troleo se definió a partir de directrices comunitarias estándar como el insulto, las palabras malsonantes, el racismo o el acoso.  Las preguntas realizadas previamente variaban para resultar fáciles y difíciles.

Nuestro análisis de los comentarios en CNN.com ayudó a verificar y extender estas observaciones experimentales.

El primer factor que parece influir en el troleo es el estado de ánimo de la persona. En nuestro experimento, la gente a la que se le provocó estados de ánimo negativos fue mucho más propensa a iniciar el troleo. También descubrimos que el troleo aumenta y disminuye según el momento del día y el día de la semana, en sincronía con los patrones de humor naturales en el ser humano. El troleo es mucho más frecuente a altas horas de la madrugada y mucho menos frecuente por la mañana. El troleo llega a su cénit los lunes, al comienzo de la semana laboral.

Es más, descubrimos que un estado de ánimo negativo puede persistir más allá de los eventos que provocaron ese estado. Si una persona participa en un debate donde otras personas escribieron comentarios troleando y luego participa en un debate sobre otro tema, es más probable que también trolee en dicho debate.

El segundo factor es el contexto del debate. Si un debate comienza con un comentario «de troleo», hay el doble de probabilidades de ser troleado por otros participantes más adelante, frente a un debate que no empiece con un comentario de troleo.

De hecho, esos comentarios de troleo son acumulativos. Es decir, que cuantos más comentarios de troleo se hagan en un debate, más probable es que los futuros participantes también troleen en el mismo. En resumen, estos resultados demuestran cómo los comentarios iniciales en un debate suponen un precedente fuerte y duradero para un troleo posterior.

Nos preguntamos si, utilizando estos dos factores, podríamos predecir cuándo ocurriría el troleo. Mediante el empleo de algoritmos de aprendizaje automático, fuimos capaces de predecir si una persona estaba a punto de trolear en un 80 por ciento de las ocasiones.

Resulta interesante destacar que el humor y el contexto del debate en conjunto eran un indicador de troleo mucho más determinante que la identificación de individuos específicos como troles. O, dicho de otro modo, el troleo se produce más por el entorno de una persona que por cualquier característica inherente a ella.

Dado que el troleo es situacional, y que la gente normal puede ser influida para trolear, ese tipo de comportamiento puede contagiarse de una persona a otra. Un único comentario de troleo en un debate, quizás redactado por alguien que se levantó con el pie izquierdo, puede llevar a otros participantes a peores estados de ánimo, e incluso a hacer nuevos comentarios de troleo en otros lugares. Si este comportamiento negativo continúa propagándose, el troleo puede terminar convirtiéndose en norma en las comunidades virtuales si no se corrige.

Contraatacando

Pese a estos resultados poco alentadores, hay varias formas en las que esta investigación puede ayudarnos a crear mejores espacios online para el debate público.

Si entendemos qué lleva al troleo, podemos predecir mejor cuándo va a ocurrir. Esto nos permite identificar debates polémicos con más antelación y prevenir a los moderadores, que podrán intervenir entonces en esas situaciones agresivas.

Los algoritmos de aprendizaje automático también pueden analizar millones de publicaciones mucho más rápido que un humano. Programando los ordenadores que permiten localizar el troleo, podemos identificar y filtrar contenido indeseable con mucha mayor rapidez.

Las intervenciones sociales, a su vez, pueden reducir el troleo. Si permitimos a la gente que se retracte de los comentarios publicados recientemente, podemos minimizar el arrepentimiento por lo publicado en un momento de acaloramiento. Modificar el contexto de un debate y priorizar los comentarios constructivos pueden aumentar la percepción de civismo. Incluso simplemente fijar una publicación con las normas  de la comunidad al principio de la página de debate ayuda, como demostró un experimento reciente llevado a cabo en Reddit.

Sin embargo, hay mucho más trabajo por hacer para solucionar el troleo. Entender el papel del troleo organizado puede limitar algunos tipos de comportamiento indeseable.

El troleo puede variar en cuanto a su nivel de gravedad, desde el insulto al acoso dirigido, que requieren respuestas distintas.

También es importante diferenciar el impacto de un comentario de troleo y la intención del autor: ¿Quería el trol herir o simplemente trataba de expresar un punto de vista distinto? Esto puede ayudar a separar a los individuos indeseables de aquellos que simplemente necesitan ayuda a la hora de expresar sus ideas.

Cuando los debates online estallan, no se debe responsabilizar solamente a los sociópatas. También es culpa nuestra. Muchos «troles» no son más que gente como nosotros que han tenido un mal día. Entender que nosotros somos responsables de las conversaciones inspiradoras y deprimentes que mantenemos online es la clave para tener debates virtuales más productivos.

 

Jure Leskovec de la Universidad de Stanford también ha contribuido en este artículo.

Justin Cheng, estudiante de doctorado de Ciencias de la Computación,  Universidad de Stanford; Cristian Danescu-Niculescu-Mizil, profesor asociado de Ciencias de la Información, Universidad de Cornell, y Michael Bernstein, profesor asociado de Ciencias de la Computación, Universidad de Stanford.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el artículo original.

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