Ghufran Khir Allah*
La islamofobia de género que existe hoy tiene varios componentes incluidos en el colonialismo del siglo pasado. Además, está relacionada con el enfoque unicéntrico del feminismo occidental. La incompatibilidad entre el multiculturalismo y el feminismo europeo se demuestra en el rechazo de las tradiciones culturales y/o religiosas que
se consideran mermas a la libertad de las mujeres. Se omite, sin embargo, que estas prácticas forman parte de nuestro ser y de nuestra compresión del mundo exterior. Así, la práctica del velo islámico refleja una interpretación concreta de la sexualidad femenina en el ámbito público europeo de las mujeres que lo llevan junto con otros
factores identitarios. No obstante, la presencia de la mujer con hiyab se convierte en un eje central del discurso islamófobo que presenta a las mujeres que lo llevan como personas problemáticas, oprimidas y subordinadas, incluso extremistas. En el año 2017, la Plataforma Ciudadana Contra la Islamofobia analizó 546 incidentes de
islamofobia, entre los que un 21% de los actos fueron perpetrados contra mujeres, un 8% contra varones, un 4% contra niños, un 7% contra mezquitas, un 3% contra personas identificadas como inmigrantes y un 4% contra personas no musulmanas. El análisis revela que la islamofobia de género incluye también la discriminación
escolar en casos en los que el hiyab estaba presente. La cuestión del hiyab en los colegios públicos españoles incentiva el debate para «controlar su uso» como si se tratara de una práctica amenazadora, de tal modo que se vulneran los derechos de libertad religiosa, educación y vestimenta de las jóvenes musulmanas.
Primeras líneas del artículo ‘Ignorancia, opresión y exclusión: los ejes de la islamofobia de genero’ , publicado en el informe del 2017 del Observatorio de la Islamofobia en los Medios, ‘Una realidad incontestable: islamofobia en los medios’ (Acceso al informe completo).
- Coordinación del Observatorio y edición del informe: Pedro Rojo y Lurdes Vidal
- Autores: Aurora Ali, Moussa Bourekba, Mónica Carrión, Ghufran Khir Allah, M. Dolores López, Jordi Padilla, Felipe Sahagún
- Corrección: Jaume Aubareda
- Diseño: Núria Esparza
Resumen ejecutivo CAST_Informe_2017
* Ghufran Khir Allah es investigadora, Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Feminismo «occidental», velo «islámico»… Suena demasiado al discurso del «ellos y nosotros». Vivimos en el mismo mundo, amiga Ghufran.
Además, resulta muy contradictorio, injusto y erróneo tachar de «islamofobia» a la crítica legítima a una costumbre que ni siquiera es obligatoria en el islam.
Y sigue sin responder a la pregunta clave: ¿por qué la elección de ocultarse en todo o en parte solo se les plantea a las mujeres?
«Así, la práctica del velo islámico refleja una interpretación concreta de la sexualidad femenina en el ámbito público europeo de las mujeres que lo llevan junto con otros factores identitarios». Mentira gorda y peligrosa. La sexualidad femenina es una sola, la que nos da la biología, no puede depender de panfletos machistas como la Biblia, el Corán o los Hadices. El velo solo es un elemento identitario, concretamente de pertenencia a una corriente retrógrada y proselitista del islam que quiere hacernos retroceder decenios e intenta hacer pasar por diferencias antropológicas lo que son imposiciones retrógradas por motivos ideológicos. Si no, te pondrías el velo en tu casa y saldrías a la calle sin él, tanto en países «occidentales» como «orientales». Otra muestra del supremacismo de los adeptos a esta corriente neoislámica es su distinción entre «ellos» y «nosotros», como si el islam fuese algo extraño a Occidente a estas alturas. El único futuro del islam, del judaísmo y del cristianismo que podría ser beneficio para la humanidad es su completa desaparición.