Publicado por Leon Moosavi en The Sage Encyclopedia of the Sociology of Religion (Possamai & Blasi 2020).
La islamofobia es un prejuicio contra el islam y los musulmanes basado en generalizaciones negativas y estereotipos que pueden manifestarse sutilmente a través del odio o burlas, o de forma pública, como la discriminación o los ataques. Algunos analistas definen de forma literal la islamofobia como el miedo al islam, pero la islamofobia puede basarse en el odio o la ignorancia más que en el miedo, y esto no tiene por qué involucrar una objeción a la doctrina del islam. Debido a las limitaciones de este término, algunos analistas han propuesto musulmanofobia, prejuicios anti-musulmanes y racismo anti-musulmán como alternativas. A pesar de sus imperfecciones, la islamofobia se ha convertido en el término dominante similar a anti-semitismo, xenofobia u homofobia, y se han generalizado a pesar de no ser perfectos en sus formas lingüísticas.
No está claro cuándo se originó el término islamofobia, pero a menudo se remonta al siglo XIX. La organización Runnymede Trust de Reino Unido publicó un novedoso reportaje sobre la islamofobia en 1997, que popularizó el término. La islamofobia pasó a ser más visible después del 11-S y de la “Guerra del Terror” debido a la frecuencia con la que se asocióal islam y los musulmanes con el terrorismo. Esto provocó que los musulmanes se encontraran con más desconfianza y hostilidad, pero también condujo al crecimiento del activismo contra la islamofobia.
Las becas académicas sobre islamofobia también aumentaron después del 2001. Actualmente se aprecia mejor que hay una por l relación cíclica entre la islamofobia y el terrorismo, es decir, que los musulmanes marginados que sufren ataques islamófobos pueden encontrar atractiva retóricas extremistas y el terrorismo musulmán puede desencadenar en más islamofobia. En otras investigaciones más recientes sobre islamofobia se ha estudiado cómo colapsa con otros prejuicios de manera interseccional, del mismo modo que la islamofobia puede cristalizarse en cualquier cosa, desde microagresiones hasta en sus formas estructurales e institucionales.
La islamofobia ha existido durante siglos; incluso descubrieron que el profeta Mohamed, la paz sea con Él, experimentó la islamofobia por aquellos que se burlaban y le atacaban a él y a sus seguidores. A lo largo de los siglos, hubo etapas en las que el islam fue romantizado, pero fue más común para el clero, el teatro, los poetas, los filósofos, los escritores de viajes y otros apoyar una demonización orientalista del islam y una deshumanización de los musulmanes, de forma que aún repercuten actualmente. Esto queda especialmente claro cuando los cristianos y los musulmanes se involucraron en las luchas por el poder durante las cruzadas, la Inquisición española y el colonialismo europeo.
Actualmente la islamofobia es respaldada por un imperativo religioso que considera el islam una superstición herética, incluso es más probable que esté informado por un rechazo secular de la religión en general. Frecuentemente hay debates sobre la islamofobia como una forma de racismo. Aquellos que defienden que la islamofobia no es racismo son habitualmente defensores de la islamofobia, quienes sugieren que los musulmanes no son una raza pero sí seguidores serviciales de una ideología.
Estos analistas creen que la islamofobia es un término que se usa para sofocar las críticas legítimas al islam y a los musulmanes. Aquellos que defienden que la islamofobia es una forma de racismo distinguen la crítica legítima de la misma y argumentan que la islamofobia utiliza la misma lógica del racismo para esencializar a los musulmanes como intrínsecamente negativos, a través de un proceso de racialización encarnado. Ellos también han señalado una profunda y arraigada combinación entre raza y religión, que identifica el islam y los musulmanes con los no blancos.
La mayoría de la literatura académica sobre islamofobia se centra en los occidentales, pero también hay una conciencia emergente sobre la islamofobia en otras regiones. Hay islamofobia en los países de mayoría musulmana que puede provocar que los musulmanes interioricen los estereotipos islamófobos. La islamofobia tiene dimensiones globales provocadas por las narraciones islamófobas, que son similares en todo el mundo. Por ejemplo, el estereotipo que caracteriza al hombre musulmán como misógino y a la mujer musulmana como pasiva es muy común en muchos lugares. No obstante, la islamofobia suele tomar una forma local también, y puede ser más intensa en algunos lugares que en otros, lo que significa que la islamofobia varía según los diferentes entornos. De este modo uno puede hablar de la “glocalización” de la islamofobia.
La islamofobia está promovida por la extrema derecha, que presenta al islam y los musulmanes como una némesis aterradora que constituye el principal adversario en un inevitable choque de civilizaciones. Ellos pueden ser parte de la “industria islamófoba” que venden teorías conspiratorias basadas en los asuntos ideológicos, políticos y económicos actuales. La islamofobia también surge cuando los políticos de los partidos mayoritarios se centran en el islam y los musulmanes excepcionalmente y especialmente como un problema. Los principales medios de comunicación también han sido acusados de islamofobia porque en la mayoría de los casos ellos representan al islam y a los musulmanes desde una perspectiva negativa.
De la misma manera, los medios de ocio han sido criticados por encasillar a los musulmanes en roles negativos. Además de interpretar lo anterior como ejemplos de los defensores más influyentes de la islamofobia, los medios de comunicación también consienten los sentimientos islamófobos que ya existen entre su audiencia. Existe la idea errónea de que esa islamofobia sólo existe entre las personas menos instruidas o las que tienen opiniones de derecha, pero también existe entre las que tienen una mayor educación o las que defienden opiniones de izquierda.
Se impugna el grado de existencia de la islamofobia, en parte porque esta cuestión está muy politizada, pero también porque es difícil medir los prejuicios. También es complicado por el hecho de que los no musulmanes que son percibidos como musulmanes también experimentan islamofobia. Una opinión sugiere que la islamofobia está poco documentada y generalizada, en la medida en que los musulmanes son excluidos, desfavorecidos y perseguidos tan intensamente que se requieren soluciones urgentes. Este punto de vista afirma que la aparición regular de la islamofobia en las redes sociales es indicativo de un odio más amplio hacia el islam y los musulmanes.
Un segundo punto de vista sugiere que los musulmanes están más protegidos, mejor comprendidos, mejor integrados y son más exitosos en las sociedades no musulmanas como nunca antes. Los defensores de este punto de vista citan la existencia de leyes anti-discriminatorias y la amistad que muchos no musulmanes tienen con los musulmanes. Es posible que ambas perspectivas sean correctas, y se puede concluir que se requiere un enfoque equilibrado que siga abordando la islamofobia sin caer en el sensacionalismo.
Artículo original: Islamophobia – The SAGE Encyclopedia of the Sociology of Religion (2020, Possamai & Blasi)
Traducido del inglés por Fátima Contreras Pérez en el marco de un programa de colaboración del Máster en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos de la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Al Fanar.