El 25 de junio se presentó ‘Islam, personas musulmanas y periodismo ‘, la primera guía a nivel europeo dirigida a periodistas y destinada a orientar y resolver las posibles dudas en la cobertura de noticias relativas a las comunidades musulmanas. La presentación de la guía, que se celebró de forma online, estuvo dirigida por el periodista y miembro de ONDA, Houssien El Ourriachi y contó con la participación de Ricardo Gutiérrez (secretario general de European Federations of Journalists) y Pedro Rojo (presidente de la Fundación Al Fanar), quienes estuvieron acompañados por Chafika Attalai, responsable de relaciones internacionales del Collectif Contre l’Islamophobie en France (CCIF).
En el acto, Pedro Rojo puso de relieve el contexto de creciente islamofobia detectada desde el Observatorio de la Islamofobia en los Medios y en el que ha surgido la guía que justifica su creación. Destacó así mismo la importancia del proceso de elaboración colectiva de este trabajo que ha contado con organizaciones de la sociedad civil (Al Fanar, CCIB y MDI), con organizaciones de periodistas (EFJ, la mayor organización de periodistas de Europa presente en 45 países y la cooperativa de fotógrafos NOOR Foundation), pero también ha contado con apoyo institucional (IEMed y OBERAXE-Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España). Ricardo Gutiérrez abordó el caso de Bélgica haciendo una reflexión sobre la desconfianza mutua entre musulmanes y medios de comunicación, la escasa presencia de la comunidad musulmana en la prensa y la importancia de dar voz a las personas que conforman esa comunidad. En cuanto a la situación en Francia, Chafika Attalai denunció que desde 2015 se ha producido un cambio de tendencia en el uso de términos que supone un giro totalmente estigmatizador que habría sido inadmisible antes de ese año, y que solo contribuye a empujar a las comunidades musulmanas al aislamiento. Attalai recuerda ideas recurrentes en la prensa, como la de que ‘hay un enemigo interno en Francia’, que imponen la visión de que existe un problema con la comunidad musulmana y con los elementos que visibilizan a parte de esa comunidad (el velo, la barba, etcétera), elementos que, por otra parte, han sido convertidos por los medios en ‘señales de radicalización’ en un contexto de mal entendimiento del secularismo.
Sobre los pasos a seguir para mejorar esta situación, Ricardo Gutiérrez destacó la necesidad de una mayor presencia de la diversidad tanto en el contenido editorial como en las propias redacciones. “El principal desafío es reconocer la falta de diversidad y tomar medidas concretas para remediarla”, aseguró Gutiérrez, “hay una nueva generación de periodistas que puede tener un gran impacto positivo en las formas de trabajar de los medios de comunicación; es posible trabajar de una forma más abierta, más diversa, si las redacciones también son más abiertas y más diversas”. Para Chafika Attalai, quien considera que a través del uso de palabras relacionadas con el islam se ha trivializado esta religión, “la gran batalla de la cultura y de los medios de comunicación es trabajar sobre las palabras y su uso”. “Las herramientas de trabajo de los periodistas son la palabra, los conceptos, el mensaje, el lenguaje, y es necesario cuidarlos” añadió Pedro Rojo, quien recordó que la guía pretende “recuperar los valores del buen periodismo”. Attalai también destacó la importancia de fomentar la interrelación de expertos cuando se habla en los medios de islamofobia, un término negado por muchos sectores en Francia y sobre el que habría que trabajar partiendo del reconocimiento de su existencia. En su opinión, el avance en este ámbito se constatará cuando los musulmanes sean invitados a los medios no solo para hablar de su religión si no como un ciudadano más.
‘Islam, personas musulmanas y periodismo‘, disponible tanto en español como en inglés, es una iniciativa de la Fundación Al Fanar que ha sido cofinanciada por el IEMed en el marco del proyecto Observatorio de la Islamofobia en los Medios, y por el Programa Derechos, Igualdad y Ciudadanía de la Unión Europea 2014-2020, dentro del proyecto Stop-Islamophobia.