Ibrahim Rifi
En abril del año 2019, el periódico ABC en su edición local de Sevilla, utilizó la imagen de Mohammad Idrissi y la de otras 8 personas, representantes de distintas mezquitas y comunidades musulmanas, para ilustrar una noticia sobre la detención de un presunto terrorista con la que no tenían ninguna vinculación.
El de Idrissi es un polémico caso que ha puesto encima de la mesa, una vez más, la urgencia de la lucha contra la islamofobia en todos los ámbitos de la sociedad, incluidos los medios de comunicación.
Pregunta: ¿Cómo ha sido este caso y en qué situación judicial os encontráis?
Respuesta: En abril de 2019, un chico fue arrestado por querer, supuestamente, llevar a cabo un atentado terrorista. Diferentes medios publicaron la noticia y la redacción de Sevilla del ABC decidió incluir una imagen en la que aparecemos reunidos diferentes representantes de las comunidades musulmanas de la ciudad, sin ningún vínculo con el acusado que tampoco aparecía en la imagen, al piel de la cual se podría leer, en mayúsculas: “Terrorismo yihadista”. Utilizaron esa imagen para llamar la atención y consiguieron lo que buscaban: la noticia se difundió en redes sociales y otros medios de comunicación e incluso personalidades políticas se refirieron a ella. Automáticamente comenzamos a recibir mensajes de odio y racistas así como amenazas en las redes. En cuanto eso sucede, me pongo en contacto con amigos periodistas, y a la mañana siguiente conseguimos hacer una rueda de prensa frente a la mezquita de La Macarena, en la que denunciamos que se utilizara nuestra imagen para crear miedo y que se estuviera vinculando a toda la comunidad musulmana de Sevilla y a sus representantes con un caso de terrorismo.
A esa rueda de prensa acudieron casi todo los medios importantes, cadenas de televisión y radios, entre ellos el ABC, que la cubrieron y difundieron la noticia de nuestra convocatoria pero sin mencionar en ningún momento que su objetivo fuera precisamente denunciar que ellos habían utilizado nuestra imagen para generar miedo; para ellos fue simplemente una concentración contra el terrorismo.
Nosotros denunciamos, como ya lo hemos hecho miles de veces, el terrorismo en sí y todo lo que vaya contra la libertad de las personas, pero también denunciamos esas malas praxis y que se utilice nuestra imagen para crear miedo, y pedimos que haya una ética periodística en los medios de comunicación y que estas cosas no se repitan.
Al principio escribimos varios correos al ABC para que eliminaran esa imagen pero, al no recibir respuesta, decidimos poner una denuncia. Gracias a Dios, conseguimos ganar el primer juicio, presentaron recurso, ganamos el segundo, cuya sentencia han vuelto a recurrir, y ahora estamos a la espera de saber si el Tribunal Supremo acepta o no ese último recurso. En tal caso habría que esperar una nueva sentencia.
P: A nivel personal, ¿qué ha supuesto la utilización de vuestra imagen en un caso de terrorismo?
R: Cada uno de nosotros lo ha sufrido de una manera. En la imagen éramos 9 personas de las cuales solo 4 nos atrevimos a denunciar. Nos afectó mucho y de diferentes formas. Muchas personas de mi barrio comenzaron a dudar y a hablar de nosotros porque mucha gente se creyó la noticia y comenzó a vincularnos al terrorismo. Algunas de las personas que aparecen en la imagen perdieron sus trabajos, porque sus jefes pensaron que lo sucedido podía afectar a la empresa. Otros comenzaron a sufrir acoso por parte de compañeros que les gastaban incómodas bromas sobre terrorismo. Eso sin contar las miradas por la calle.
Hay personas cuyos amigos o familiares dejaron de visitarlas por miedo a verse involucradas y que les pudiera perjudicar todo esto. Algunos hijos de personas afectadas han recibido insultos o han tenido que escuchar comentarios de niños en el colegio como “tu padre es un terrorista”. Hemos recibido muchas amenazas en las redes sociales y hemos tenido hasta miedo de que algún desconocido nos agrediera públicamente en la calle al reconocernos en esa imagen. Sin contar el hecho de lo duro que es tener que salir a defenderse de algo con lo que no tienes nada que ver. En definitiva, todo ha sido bastante grave.
P: La actitud del ABC en todo momento ha sido la de la apelación y la no retirada de la imagen del artículo. ¿Ha habido algún cambio? ¿Cuál ha sido la actitud de otros medios de comunicación con respecto a este caso en concreto?
El ABC no solamente no ha reconocido su mala praxis al utilizar nuestra imagen para cubrir esa noticia, sino que en la apelación al primer juicio, que perdieron, intentaron justificar el uso de nuestra imagen alegando que la sociedad tiene derecho a saber lo que están haciendo los musulmanes, porque no nos integramos y eso tiene que ver con nuestra forma de vestir. Es decir, siguen empeñados en que tenemos algo que ver y somos culpables.
El único medio de comunicación que ha cubierto la causa que nosotros estábamos defendiendo ha sido eldiario.es, concretamente la periodista María Iglesias, que es quien escribió sobre los dos juicios que ganamos.
P: ¿Te constan otros casos que puedan ser considerados islamófobos? ¿Qué prácticas islamófobas son comunes en el periodismo?
R: Nuestro caso es un caso más particular y más fuerte. Siempre vemos que cuando se habla de cosas negativas sobre islam en los medios de comunicación, o de terrorismo, aparecen imágenes de personas musulmanas de a pie. El hecho de mostrar una mujer musulmana con un carrito cuando se está hablando de terrorismo alimenta esa vinculación en el subconsciente de las personas.
Los medios de comunicación no deberían usar el término “terrorismo islámico”, de la misma forma que no se habla de terrorismo judío ni cristiano, porque es estigmatizador. A los grupos terroristas se les llama por su nombre. Debemos erradicar ese concepto porque nos afecta directamente.
Mucha gente no tiene en cuenta cómo la islamofobia en los medios afecta a los más pequeños. No hay estudios ni documentales, al menos no me constan, que estudien la islamofobia o el acoso que sufren los niños y niñas musulmanes en los colegios y que tiene que ver directamente con el mensaje que transmite la prensa.
P: ¿Hay otros conceptos utilizados en medios de comunicación que convendría revisar o dejar de utilizar?
R: El concepto “terrorismo yihadista” o la utilización de la palabra yihad como sinónimo de terrorismo, lo que de alguna manera es darles la razón a los terroristas. Cualquier persona que conozca un poco la tradición islámica sabe que la palabra yihad no significa terrorismo. Y asimilarla a terrorismo supone darles la razón a los terroristas y hacernos la vida más difícil a las personas musulmanas, además de entorpecer esa labor pedagógica que estamos haciendo para quitarles esa idea de la cabeza tanto a las personas musulmanas como a las no musulmanas.
El concepto “islamismo” tal y como se utiliza es otra cosa que habría que cambiar. Aquí se habla de gente de derechas y de izquierdas, conservadores o liberales, pero a los musulmanes se les llama islamistas siempre que participan en política. El problema de eso es que cualquier error se atribuye al islam, cuando esa heterogeneidad de grupos, movimientos y partidos que se llaman islamistas no son el islam. A los musulmanes se les busca cualquier excusa para relacionarlos con el islam, lo que demuestra ignorancia, rechazo y alimenta la desinformación. Debemos caminar hacia la tolerancia y el respeto, aceptar que los musulmanes son parte de la sociedad española y cada vez son más.
P: Desde el Observatorio de la Islamofobia en los Medios hemos puesto en marcha la Agenda de la Diversidad Musulmana, una iniciativa con la que pretendemos estrechar esos vínculos entre comunidades musulmanas y medios de comunicación. ¿Crees que es necesaria una iniciativa así? ¿Qué puede aportar a la lucha contra la islamofobia en la prensa?
R: Creo que puede ser muy útil, pero es muy importante apostar por la educación y la sensibilización de periodistas sobre el islam, la cultura y la religión musulmana, los términos que se usan deforma erróneo, y sobre la islamofobia como tal: la no reducción de las personas musulmana a la única categoría de musulmanas, etc…
Por otro lado me preocupa el hecho de que no en todas las comunidades musulmanas haya personas preparadas para poder mejorar la comunicación con los medios, que sepan transmitir el mensaje de manera correcta. A veces el resultado puede ser negativo, y muchas veces ocurre: los medios de comunicación van a buscar a las mezquitas a personas que puedan meter la pata para sacar un titular.
Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad, en tanto que son los que conforman la opinión pública.
También creo que es un error centrarse solo en la prensa escrita que llega más a un público intelectual que al público general. Creo que es importante ir a la radio, a la televisión, sobre todo a esta última, por la fuerza de las imágenes, que calan mucho más en la gente.
Y por otro lado, creo que estaría bien incluso replantearse el propio concepto de islamofobia: al hablar de fobia, la gente relaciona la islamofobia con el miedo al islam y no la entiende como un tipo específico de racismo. Una de las alternativas podría ser llamarlo odio o racismo antimusulmán.
Fíjate en lo bien que funciona la palabra antisemita o antisemitismo. Cuando se habla de islamofobia no se transmite la importancia o la gravedad de la realidad, como si se hablase de lo mismo pero utilizando otro concepto. No es lo mismo hablar de islamofobia que hablar de racismo antimusulmán; simplemente con cambiar la palabra, aunque estemos utilizando el mismo concepto, la idea que llega es otra. Y también es importante matizar, porque el odio al islam como ente puede ser más abstracto; nos podemos meter en un debate teológico, que no interesa porque al final quien sufre es la persona que es la que se ve discriminada por sus orígenes o por su religión. Y eso es racismo y así es como hay que llamarlo.