Publicado originalmente por Maldita Migración el 8 de marzo de 2021
“Con un Mercedes y está (sic) mora envía a sus hijos al Banco de Alimentos. Pero vosotros seguid dando dinero para Cáritas y otras ONG que colaboran con la invasión marroquí”. Estas son algunas de las palabras que acompañaban a un vídeo de poco más de dos minutos y a otro, el original, de más de 4 que circulan por redes sociales, en el que se ve cómo una mujer con pañuelo se baja de un coche Mercedes negro, abre el maletero y guarda un carro de compra que trae un niño. En las imágenes después se ve a lo lejos una nave con el logo del Banco de Alimentos y otra mujer con velo lleva más bolsas hacia el coche.
Luisa, nombre ficticio, no es migrante, pero para los que desinformaron sobre el vídeo eso no importó; el hecho de que llevara un pañuelo en la cabeza ya la convertía en extranjera. Tampoco estaba recogiendo ayuda para ella ni para su familia, según contó a Maldita.es a los pocos días de que se viralizaran las imágenes, y también explicaron desde el Banco de Alimentos de Lugo. Lo que muestra la grabación es a ella ayudando a otras familias que sí que lo necesitan y que no son sus parientes, según explicó. Estas imágenes están grabadas en el polígono industrial donde se encuentra el Banco de Alimentos de Lugo el día 16 de noviembre de 2021, según contó Luisa a Maldita.es. Se acuerda de esa fecha, porque según explica: “Me jodió la vida”.
“A través de los bulos, una buena acción, de ayuda, de solidaridad, se convierte en algo malo. Tienen el foco puesto en nosotras”, afirma Hajar Samedi, directora de la organización de mujeres musulmanas Bidaya. Samedi explica que la imagen social que se da de las mujeres musulmanas está condicionada por el uso del pañuelo y el señalamiento es mayor para aquellas que deciden llevarlo: “A la mujer que no lleva pañuelo se la considera más integrada y más empoderada, pero no tiene nada que ver”. Según cuenta, a través de los bulos se da “una imagen totalmente distorsionada” de la mujer musulmana que está fomentada por “ámbitos islamófobos”.
Tras la difusión de las imágenes en las que se veía a Luisa ayudar a transportar alimentos a otra familia, tareas tan cotidianas como ir a llevar a sus hijos en coche al colegio se hicieron muy complicadas porque la gente reconocía el coche que salía en la grabación, donde se podía ver la matrícula. Pero no sólo se vio atacada en el mundo físico y en sus tareas cotidianas, también vio comentarios en redes sociales diciendo que se fuera a su país, aunque ella no es extranjera, es española y luguesa de nacimiento. Desde que estas imágenes se viralizaran, su vida se vio afectada y, según explicó a Maldita.es, le provocó mucha ansiedad: “El médico me tuvo que dar una pastilla para dormir”.
“Si una mujer musulmana decide exteriorizar que es musulmana de alguna forma, siempre va a ser percibida de forma diferente por la sociedad mayoritaria”, explica Cristina Rodríguez Reche, investigadora posdoctoral de la Universidad Autónoma de Barcelona, que señala que esta percepción a menudo pasa por la percepción de que la mujer musulmana sólo puede ser extranjera. Además, añade que esta visibilización es especialmente penalizada en el caso del velo: “Recibe muchos estereotipos, tiene una carga simbólica muy fuerte. Hay un componente de género”. Esto, según asegura Rodriguez, se hace con el objetivo “de construir una identidad española muy marcada, muy blanca, muy católica, con determinados rasgos que se percibe incompatible con esta diversidad o con el hecho de que haya nuevas generaciones de musulmanes que sean españoles”.
Esta extranjerización de las mujeres musulmanas a través de la desinformación confluye con la idea de que la persona migrante siempre va a ser pobre, según Rodríguez. “Si sumas extranjerización, miedo al pobre, un poco de xenofobia y desinformación, ya tienes el caldo de cultivo perfecto para todo el tema de las ayudas sociales, que es uno de los principales argumentos que utiliza la ciudadanía española contra la inmigración”, afirma Rodríguez, en relación a los bulos que acusan a las mujeres musulmanas de percibir ayudas sociales por el hecho de ser musulmanas. “El tema de las ayudas sociales es uno de los favoritos”, afirma Hajar Samedi, de Bidaya.
Esta vinculación con las ayudas sociales por el hecho de ser musulmana la conoce muy bien Paradisian, mujer española y musulmana que se visibiliza como tal en sus redes sociales. Desde que empezó a hacer vídeos en TikTok en los que llevaba hijab, comenzó a recibir comentarios como “explícanos las ayudas que recibís”. “Te acusan de cobrar ayudas sociales”, cuenta y explica que este tipo de respuestas era algo habitual en sus contenidos. Un día, en uno de sus vídeos en el que estaba respondiendo a un ataque, recibió un comentario acusándola de recibir ayudas. “Harta de contestar con amabilidad y con pruebas, lo que usé fue el sarcasmo, que tanto me caracteriza, para que las personas vean lo ridículas que pueden llegar a sonar”, cuenta en relación a un vídeo que publicó en mayo de 2021 en el que afirmaba que recibía de las administraciones españolas una serie de ayudas sociales por el hecho de llevar un hijab.