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La mujer musulmana que está luchando contra la islamofobia en el enclave africano de España

Artículo originalmente publicado en Middle East Eye, por Marta Maroto desde Ceuta, el 19 de junio 2022

 

En la calle principal de Ceuta, un enclave autónomo español de 85.000 personas en el norte de África al lado de Marruecos, Fátima Hamed Hossain saluda a cada persona que se cruza por su camino con una sonrisa y un hola tanto en español y como en darija, el dialecto marroquí-árabe.

Carismática, autodidacta y de origen humilde, la franqueza de Hossain contra la creciente extrema derecha le ha convertido en un símbolo nacional de la lucha contra la incitación al odio.

Hossain entró en el escenario político de Ceuta en 2007 como parte de la Coalición Caballas, una organización regionalista de izquierdas, y luego la dejó para formar su propio partido, el Movimiento para Dignidad y Ciudadanía en Ceuta (MDyC).

Una de las muchas ocasiones cuando Hossain ha hecho frente a la extrema derecha sucedió durante una sesión plenaria en el verano de 2020 en respuesta al partido Vox de extrema derecha y su posición implacable contra el islam en una ciudad que es el 43% musulmana.  «No puedes medir como soy de española por mi apellido ni por como me visto», dijo en su discurso. «No puedes decir que las personas musulmanas, judías ni hindúes no pertenecen a esta sociedad».

Hossain nació en 1978 en Los Rosales, uno de los suburbios más pobres de Ceuta, junto con Hadu y El Príncipe, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Como hija única de padres marroquíes, Hossain dice que nunca se discutía la política en casa. Solo recuerda ver su padre siempre trabajando, cargando camiones, para mantener a la familia.

«No puedes medir como soy de española por mi apellido ni como me visto». Fátima Hamed Hossain en la calle principal de Ceuta (Marta Maroto)

«Nunca escuché a nadie hablar de la política. Supongo que, como familia inmigrante, el único enfoque estaba en avanzar», Hossain dijo a Middle East Eye mientras tomaba té moruno en la calle principal de Ceuta.

«Me involucré en política porque muchos de nosotros crecimos en zonas olvidadas y abandonadas», añadió, refiriéndose a la desigualdad sorprendente en Ceuta, donde el 40 por ciento de la población vive en riesgo de pobreza y exclusión social. «Eso te hace consciente que hay ciudadanos que, aunque son iguales ante la ley, no son iguales en derechos».

La familia de Hossain pudo pagar su educación universitaria a través de becas, y hoy en día es una abogada especializada en derechos humanos e igualdad de género, una profesión que compagina con sus deberes como representante política.

Insulto a las personas musulmanas de Ceuta

En las elecciones regionales de 2015, el MDyC de Hossain ganó tres escaños en un parlamento de 25, y se convirtió en la primera y única mujer musulmana en liderar un partido político en España.

La irrupción del partido Vox de extrema derecha en 2019 como fuerza política importante afectó al orden y la estabilidad de Ceuta. MDyC perdió un puesto y el Partido Popular conservador, que ha mantenido la mayoría desde 2001, también perdió puestos ante la extrema derecha.

La extrema derecha está contra los inmigrantes y el islam, e intenta desacreditar a Hossain en el parlamento y en las redes sociales, llamándola «yihad», «sharia» o «pro-marroquí». Ella dice que estos insultos intentan retratar a la población musulmana de Ceuta como extranjeros en su propio país, vinculándola con la inmigración ilegal. Carlos Verdejo, un parlamentario y el portavoz de Vox en Ceuta, una vez publicó un tuit que amenazó deportar a Hossain «de regreso a Marruecos».

«No podemos guardar silencio ante aquellos que quieren sembrar el odio e insultos», dice Hossain. «No solamente nos han faltado al respeto a nosotros, sino a la ciudad entera. Creemos en la democracia, y sus mentiras deben ser desmanteladas con hechos y diálogo».

Otros ejemplos de retórica odiosa incluyen las conversaciones filtradas a la prensa en enero de 2020. En mensajes de WhatsApp y audio, los lideres de Vox en Ceuta pidieron una «tercera guerra mundial contra el islam» y compararon Ceuta con Palestina, afirmando que la población musulmana estaba «invadiendo y ocupando» la ciudad.

La subida de la extrema derecha en Ceuta

El partido Vox de Santiago Abascal nació entre la tensión domestica generada por el separatismo catalán y un aumento en la cantidad de inmigrantes llegando a las costas españolas de África en 2018. Gano sus primeros escaños parlamentarios (24) en las elecciones generales de abril de 2019. En las de noviembre del mismo año, Vox se convirtió en la tercera fuerza política del país cuando consiguió 3,6 millones de votos y 52 puestos en el Congreso de los Diputados.

En Ceuta, Vox también entró en el escenario político en 2019, implementando una retórica más hostil que en otras partes del país, debido a la composición étnica y la situación económica de la ciudad.

(…)

El crecimiento y apoyo nacional de Hossain

La voz y las intervenciones públicas de Hossain en las que defiende la diversidad de Ceuta y reclama su propia identidad «española y musulmana» la han ganado reconocimiento y apoyo nacional.

Un hecho que evidenció de ese crecimiento, desde la política local a la nacional, se reforzó cuando ella tomó parte en un evento el noviembre pasado en Valencia, al lado de algunas de las políticas más progresivas en España. La reunión se celebró para discutir temas feministas y compartir perspectivas comunes, pero la razón por la que cogió amplia atención mediática fue la asistencia de la Ministra de Economía, Trabajo y Política Social, Yolanda Díaz. Díaz es una de las figuras más populares del gobierno español de izquierda, y actualmente está preparando una plataforma para presentarse para las elecciones generales de 2023.

«Estamos orgullosos y felices de ser reconocidos y vernos al lado de esta mujer increíble», dice Hossain, cuando se le pregunta sobre la posibilidad de entrar en la política nacional conesta: «nuestro enfoque está en Ceuta, y en los problemas que tenemos aquí».

«Amo a Fátima»

En las calles de Ceuta, Hossain es bien conocida, y su reputación de resistir a la extrema derecha la precede. «Fátima es altamente cualificada, su equipo siempre responde a nuestras llamadas y ella dice lo que piensa contra aquellos que quieren dividirnos», comenta Piedad, de 40 años, una mujer cristiana que trabaja como limpiadora y vive en el barrio de Hadu, un baluarte de MDyC.

En El Príncipe, las hermanas Sara, de 25 años, y Ahlem, de 27 años, también están entusiasmadas sobre Hossain: «Amo a Fátima. Amo lo que dice y como lo dice, todo. Ella lo entrega todo en cada sesión plenaria y resiste a Vox», comenta Sara.

«Grandes partidos tradicionales han fracasado aquí [en Ceuta], porque no han podido entender las idiosincrasias y el carácter de esta región», dice un hombre musulmán desempleado en un mercado en Hadu.

Sin embargo, no todo el mundo tiene buenas palabras para la líder de MDyC. Rahma Mokhlis, de 45 años, es la representante de la asociación de vecinos en Benzu, un pequeño suburbio en el norte de Ceuta que apenas tiene servicios públicos en funcionamiento. Ella reconoce que Hossain es «una mujer luchadora que suscita las consciencias» y sirve como ejemplo para muchas mujeres. Sin embargo, critica su «individualismo». «A nivel nacional, presenta una imagen, pero a nivel local muestra otra cara», dijo Mokhlis. «No alcanza acuerdos, no se sienta con el resto de los partidos».

Por el momento, Hossain evita hablar de las elecciones del año que viene: «Hay mucho trabajo que hacer cada día, y solo espero que los ciudadanos tomen buena nota de las contribuciones mutuas», dijo. «Ceuta es y siempre será una ciudad intercultural y diversa, incluso para aquellos que quieren una sociedad basada en el odio y el miedo».

 

Artículo traducido del inglés por Bethany Sullivan en el marco de unas prácticas curriculares realizadas en virtud de un acuerdo de la Fundación Al Fanar para el Conocimiento Árabe y el Máster Universitario en Traducción Profesional de la Universidad de Granada. 

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