Artículo públicado originalmente en The Guardian por Miqdaad Versi el 12 de junio de 2022
Hay una poderosa narrativa sobre las personas musulmanas británicas que con frecuencia es ignorada: su sentimiento de pertenencia y su optimismo. Es fácil entender por qué. En muchos niveles de la sociedad, vemos barreras de islamofobia que impiden que las personas musulmanas participen como ciudadanos iguales.
Consideremos el lugar de trabajo: una nueva encuesta de Hyphen-Savanta ComRes muestra que un asombrosamente alto 69% de las personas musulmanas en el Reino Unido han experimentado alguna forma de islamofobia en el lugar de trabajo. Y si eres una persona musulmana negra, la cifra es del 76%. Simplemente tener un nombre musulmán hace menos probable que consigas un trabajo, encuentres un piso o incluso consigas un seguro.
TV presenter and Bake Off winner Nadiya Hussain is one of many British Muslim role models across all walks of life. Photograph: Ken McKay/ITV/Rex/Shutterstock
O consideremos el sistema educativo: un estudio del Departamento para Educación demostró que el 18% de los alumnos encuestados en Inglaterra han visto otros niños siendo acosados por ser musulmanes. Esto fue confirmado por Childline, donde jóvenes musulmanes específicamente habían denunciado que compañeros de clase les llaman «terroristas» y «bombarderos».
O consideremos la política: la islamofobia institucional desenfrenada en el partido Conservador o los desafíos (menores pero extremadamente serios) en el partido Laborista, donde más de uno de cada cuatro miembros son musulmanes del partido habían experimentado la islamofobia directamente. Incluso aquellos que tienen éxito a pesar de campanas políticas islamófobas terminan enfrentándose a la islamofobia, hasta Sadiq Khan, que necesita protección 24/7 por el «color de su piel y el dios que adora».
Y no entremos en los medios, donde solamente el 0,4% de los periodistas británicos son musulmanes, y casi dos tercios de los artículos que mencionan personas musulmanas o islam los retrata desde una perspectiva negativa.
Pero no solamente es el empleo, la educación, la política y los medios, los desafíos estructurales son aun más profundos. La mitad de las personas musulmanas británicas viven bajo el umbral de la pobreza, muchas más personas musulmanas viven en condiciones de viviendas desfavorecidas que la población media del Reino Unido (el 35% frente al 13%) y las personas musulmanas están gravemente sobrerrepresentadas en el sistema judicial penal: el 15% de la población carcelaria en Inglaterra y Gales son personas musulmanas, a pesar de ser menos del 5% de la población total.
Tal vez estas barreras no son sorprendentes, dadas las opiniones racistas que muchas personas tienen en cuanto a las personas musulmanas. Según ciertos informes, los británicos son casi tres veces más propensos a tener opiniones prejuiciosas sobre el islam que de otras religiones, y teorías conspiratorias como creer que la inmigración musulmana es parte de un complot más amplio de hacer que las personas musulmanas sean la mayoría en Gran Bretaña está presente en una gran minoría del país. De las personas consultadas para una encuesta, el 22% estaría preocupado si una familia musulmana se mudara a la casa al lado.
Estos hechos constituyen una importante narrativa basada en evidencias de los desafíos a los que se enfrentan las personas musulmanas británicas, y no deben ser ignorados.
Sin embargo, solo es una parte de la historia. La nueva encuesta de Hyphen-Savanta Comres, corroborada por otra investigación, también apoya una narrativa más matizada: una que no borra el racismo institucional ni las barreras a la igualdad que hacen frente las personas musulmanas, pero también reconoce como, a pesar de la discriminación y estos desafíos estructurales, las personas musulmanas británicas están superando las dificultades, desafiando los estereotipos vendidos por la extrema derecha y sus aliados respondiendo con un sentimiento de pertenencia y optimismo.
Por ejemplo, la mayoría de los encuestados musulmanes (el 53%) de la nueva encuesta dijeron que hay una mayor aceptación de las personas musulmanas en el Reino Unido. Otras encuestas muestran que el 93% de las personas musulmanas se sienten parte de Gran Bretaña y más personas musulmanas se sienten orgullosas de ser británicas que la media nacional.
Además de la pertenencia, hay optimismo: la mayoría (el 57%) cree que las personas musulmanas jóvenes tendrán más éxito que sus padres, muchos estudiantes musulmanes ya están superando a sus compañeros en la escuela, y muchos más padres musulmanes (el 66%) piensan que es «muy probable» que su hijo siga estudiando en la universidad para conseguir un título en el futuro, mientras que el promedio nacional es del 38%.
Pero ¿por qué es así? ¿Por qué, a pesar de la islamofobia, las personas musulmanas tienen un sentimiento de pertenencia y son optimistas sobre su futuro?
Por un lado, hay más modelos y mayor representación en todos los ámbitos de la vida: Mo Salah, futbolista africano del año, el alcalde de Londres, el ganador de un Oscar Riz Ahmed, el presentador de Radio 4 Mishal Husain y Nadiya Hussain, ganadora de El Gran Pastelero Británico.
Y más estructuralmente, parece que parte de la razón es el optimismo juvenil (la mitad de las personas musulmanas británicas tienen menos de 35 años), una sensación de pertenencia religiosa y una mentalidad inmigrante de trabajar duro y hacer lo mejor de situaciones difíciles (las personas musulmanas británicas son principalmente migrantes de primera o segunda generación).
Es bueno que celebremos el optimismo, pero debemos ignorar los desafíos de la islamofobia y los fallos a la hora de abordarla, y es que tampoco es mucho pedir una narrativa matizada sobre las comunidades musulmanas.
Artículo traducido del inglés por Bethany Sullivan en el marco de unas prácticas curriculares realizadas en virtud de un acuerdo de la Fundación Al Fanar para el Conocimiento Árabe y el Máster Universitario en Traducción Profesional de la Universidad de Granada.