SARA PIQUER MARTÍ*
A diario nos encontramos con noticias sobre terrorismo, fanatismo, guerras y conflictos en países árabes, casos de mujeres víctimas de un machismo supuestamente fruto de la religión islámica. La prensa española, a través de este tipo de noticias, ha construido una polarización en la que el colectivo islámico queda convertido en un grupo homogéneo, irascible, fanático, radical y pobre. Se hace uso de un discurso islamófobo que demuestra la necesidad de someter a análisis las noticias relacionadas con la comunidad musulmana.
Antes de adentrarnos en dicho análisis deberemos haber estudiado el medio: cuál es su línea editorial, su tirada, territorio en el que publica, empresas que participan (o son dueñas) del medio y la tendencia política de su directora o director. Una buena contextualización nos permitirá situarnos en el plano más acertado para el análisis de la noticia y nos ayudará a detectar estrategias discursivas que favorezcan la construcción de islamofobia.
La primera estrategia se sustenta en la temática. Cuando se publican noticias referidas al mundo islámico observamos una continua reiteración de temas relacionados con el terrorismo, el machismo, el conflicto, la violencia y el fanatismo, dejando muy poco espacio a noticias de carácter positivo. Si abrimos un periódico todos los días y continuamente nos encontramos con noticias que relacionan al islam con el conflicto, sin poder leer prácticamente ninguna información neutral o positiva, nuestra mente acabará relacionando de forma inconsciente el islam con el conflicto.
Una vez detectada la frecuencia de determinados temas, debemos analizar de forma individual si la noticia aporta algún tipo de contexto que ayude a entender el conflicto sin hacer uso de generalizaciones o estereotipos. Por ejemplo, si se habla de un ataque terrorista llevado a cabo por grupos violentos, ¿se aclara que es un caso aislado?
Tras haber analizado el medio, la temática y la contextualización de la noticia nos adentraremos a estudiar el lenguaje empleado en los titulares y en el cuerpo de la noticia. Es importante detectar titulares en los que se incite a la polarización, al estereotipo, o el miedo o la amenaza, debido al gran impacto que un titular puede tener en el lector (no olvidemos que es el elemento que atrae nuestra atención).
El análisis más detallado deberá de llevarse a cabo en los elementos del lenguaje verbal empleado. Es esencial, leer y analizar el cuerpo de la noticia para detectar en ella elementos como: eufemismos, ya que pueden esconder un mensaje discriminatorio indirecto que oculte aspectos que no interesa descubrir y que se ocultan tras un discurso tendencioso apoyado en palabras “políticamente correctas”; léxico que esté siendo usando de una forma errónea o al que se le haya dotado de un nuevo significado alejado del original; o metáforas, una de las herramientas tergiversadoras más utilizadas por el discurso mediático. En lo referente a informaciones sobre la comunidad musulmana nos encontramos mayoritariamente con metáforas de dos tipos: la primera es la metáfora como desastre natural. El musulmán aparece expuesto como un concepto cercano al caos, es decir, queda convertido en una amenaza, muchas veces haciendo uso de elementos meteorológicos; y la segunda, es la metáfora relacionada con la guerra, éstas inducen a una sensación de amenaza más agresiva todavía, producto de un enfrentamiento personal y directo.
Una vez analizado el lenguaje deberemos observar elementos tan clave como el uso de fuentes, para ello deberemos preguntarnos: ¿a quién se le da voz? Al realizar una selección no solo temática sino también de los personajes que aparecen en las noticias, estamos, una vez más, creando el estereotipo del musulmán. Si por ejemplo, solo aparecen musulmanes violentos y apenas nombramos al musulmán común, alejado de todo tipo de violencia, estamos proporcionando un significado concreto al concepto de musulmán.
Otra forma de manipular una noticia a través de sus “voces” es directamente no dando voz. Si nunca aparecen testimonios, ni se emplean como fuente declaraciones de ciudadanos musulmanes comunes, jamás permitiremos que nuestra sociedad conozca, normalice y entienda que “Ellos” son parte de “Nosotros”, que no son un grupo homogéneo, primitivo, ni radical.
Por último analizaremos dos elementos a través de los cuales es muy fácil manipular la mente del lector: el uso de cifras y el empleo de fotografías.
Una cifra suele ser entendida como un dato “científico o matemático”. Sin embargo, el uso de datos estadísticos puede usarse de forma tendenciosa. Es por ello conveniente tener en cuenta siempre las cifras, analizar de dónde han sido extraídas y entender de qué forma han sido empleadas en el cuerpo de la noticia.
En cuanto al uso de fotografías, no podemos pasar por alto su posible uso tendencioso. Es innegable el gran significado que puede aportar una imagen al cuerpo de una noticia gracias a su enorme fuerza descriptiva. Para determinar si una imagen ha sido empleada de forma correcta tendremos en cuenta si ésta tiene algún tipo de relación con el cuerpo de la noticia o si solo apoya el estereotipo de musulmán sin ningún tipo de fundamento.
En resumen, los puntos clave para determinar si una noticia fomenta la islamofobia son: temática, contextualización, titulares, elementos del lenguaje, cifras y fotografías. Bastará con que se cumpla uno de estos puntos para poder clasificar la noticia como islamófoba.
Sara Piquer Martí (Universidad de Zaragoza) es autora del estudio “La islamofobia en la prensa escrita española: aproximación al discurso periodístico de El País y La Razón”.
Puede acceder aquí a la versión completa de este artículo.