Artículo de Yasmin al-Najar publicado originalmente por Media Diversity Institute
Solo el 0,4% de los periodistas británicos son musulmanes. Esto lo explican diversos factores como los intereses y las barreras económicas. Los periodistas con origen en la clase trabajadora solo representan el 10% del sector. Sin embargo, no cabe duda de que la islamofobia en los medios de comunicación generalistas ha disuadido a los musulmanes, ha creado barreras, y ha generado una relación de desconfianza.
Durante años, los medios de comunicación han capitalizado el “cibercebo” de la islamofobia. Con titulares como “El silencio de los musulmanes ante el terrorismo” o “Los abusos sexuales de los musulmanes”, los periódicos suelen asociar el islam y a los musulmanes, más que a los individuos en cuestión, a criminalidad y extremismo. Los artículos significativamente engañosos e inexactos sobre los musulmanes abundan y alimentan la creciente hostilidad hacia los musulmanes. Los medios de comunicación se convierten en una cámara de resonancia de prejuicios por varias razones: hay muy pocos periodistas musulmanes, los periodistas que escriben sobre el islam no tienen conocimientos del tema, muchos artículos ni siquiera incluyen voces musulmanas y, como pone de manifiesto una investigación, cuando lo hacen, se centran en las voces musulmanas más extremistas. Y un periódico acaba regurgitando lo que ha dicho otro.